Las manzanas confitadas son una guarnición dulce y ligeramente ácida que complementa a la perfección los sabores intensos de carnes asadas, especialmente cerdo, pato o cordero. Cocidas lentamente en mantequilla y azúcar, estas manzanas se vuelven tiernas y caramelizadas, aportando un contraste delicioso a los platos salados.
Ingredientes
- 4 manzanas grandes (preferiblemente Granny Smith o Golden)
- 100 g de mantequilla sin sal
- 4 cucharadas de azúcar moreno
- 1 rama de canela (opcional)
- 1 pizca de sal
- Zumo de medio limón
- 100 ml de vino blanco o sidra (opcional)
Instrucciones
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Preparar las manzanas: Pela las manzanas y córtalas en cuartos o rodajas gruesas, retirando el corazón y las semillas. Rocía las manzanas con el zumo de limón para evitar que se oxiden.
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Confitado en mantequilla: En una sartén grande, derrite la mantequilla a fuego medio-bajo. Añade las manzanas y espolvorea el azúcar moreno por encima. Si lo deseas, puedes añadir la rama de canela para darle un toque aromático.
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Cocción lenta: Cocina las manzanas a fuego bajo durante unos 20-25 minutos, removiendo de vez en cuando para que se caramelicen de manera uniforme. Si las manzanas comienzan a secarse, añade el vino blanco o la sidra para darles un toque de humedad y sabor extra.
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Sazonar: Añade una pizca de sal para realzar el sabor y cocina unos minutos más hasta que las manzanas estén bien caramelizadas y tiernas, pero sin deshacerse.
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Servir: Retira del fuego y sirve las manzanas calientes o a temperatura ambiente como guarnición para asados de cerdo, cordero o aves.
Consejos
- Para un toque aún más especial, puedes añadir un poco de romero fresco o tomillo al final de la cocción.
- Las manzanas confitadas también funcionan muy bien como guarnición para carnes agridulces o acompañamientos más otoñales.