¿Alguna vez te has preguntado cómo preparar una salsa bechamel perfecta, suave y sin grumos? No te preocupes, ¡es más fácil de lo que parece! La salsa bechamel es uno de esos básicos de la cocina que te abre las puertas a una infinidad de recetas deliciosas, desde las lasañas hasta los croquetas.
En este artículo, te guiaré paso a paso para que aprendas a hacerla en casa de forma rápida y sencilla.
Ingredientes
Para hacer una salsa bechamel básica, solo necesitas estos ingredientes:
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50 g de mantequilla
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50 g de harina
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500 ml de leche (mejor si está templada)
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Sal al gusto
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Pimienta blanca (opcional)
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Nuez moscada (opcional, pero le da un toque especial)
Paso a paso para hacer la bechamel
Paso 1: Derretir la mantequilla
Comienza calentando una sartén a fuego medio. Añade los 50 g de mantequilla y deja que se derrita completamente sin que llegue a dorarse. La mantequilla debe estar en su estado líquido, pero no debe quemarse, ya que eso cambiaría el sabor de tu salsa.
Paso 2: Añadir la harina
Cuando la mantequilla esté completamente derretida, añade los 50 g de harina de golpe. Remueve bien con una espátula o varillas, y cocina durante unos 2-3 minutos. Este paso es crucial para evitar que la harina tenga sabor a crudo.
El objetivo es que la harina se mezcle bien con la mantequilla y se forme lo que se llama un "roux" (una pasta espesa de harina y mantequilla).
Paso 3: Incorporar la leche
Poco a poco, añade los 500 ml de leche templada, sin dejar de remover constantemente. Es importante que la leche esté a temperatura ambiente o ligeramente templada para evitar que la salsa se formen grumos.
Si prefieres una salsa más espesa, puedes añadir un poco menos de leche, pero lo más común es que se usen los 500 ml para una salsa suave y cremosa.
Paso 4: Cocinar la bechamel
Sigue removiendo a fuego medio, y verás cómo la salsa comienza a espesar. Cocina durante unos 5-7 minutos, asegurándote de que no queden grumos. Si los hay, no te preocupes, solo sigue batiendo con las varillas y desaparecerán.
Paso 5: Salpimentar y darle el toque final
Cuando la salsa tenga la consistencia deseada, añade sal al gusto. Si lo prefieres, agrega una pizca de pimienta blanca y un toque de nuez moscada. La nuez moscada es opcional, pero le da un toque característico a la salsa que la hace aún más sabrosa.
Paso 6: ¡Listo para usar!
¡Ya está! Tu salsa bechamel casera está lista para usar en tus recetas. Puedes verterla sobre pasteles de carne, verduras, lasañas o usarla para hacer deliciosas croquetas. Y si te sobra, guárdala en un recipiente cerrado en la nevera. Se conserva perfectamente durante 2-3 días.
Consejos para una bechamel perfecta
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Evita los grumos: La clave de una bechamel sin grumos es añadir la leche de forma gradual y remover constantemente. Si sigues estos pasos, ¡te saldrá perfecta!
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Consistencia: Si prefieres una salsa más espesa, cocina un poco más; si la quieres más líquida, simplemente añade más leche.
Personaliza el sabor: Si quieres una bechamel más sabrosa, añade queso rallado al final de la receta para hacer una bechamel con queso o un poco de caldo de pollo para darle más sabor.
